La torre es el único resto que permanece en pie del antiguo monasterio benedictino de San Cipriano de Cálogo, fundado por San Fructuoso en el S. VII. El monasterio fue destruido por ataques normandos en los siglos IX y X.
De base cuadrada, está formada por sillares de granito y en lo alto se mantiene parte de una espadaña con dos arcos de medio punto en los que habría otras tantas campanas. También se conservan restos de una escalera exterior, desde la que se accedería al campanario.
La torre se sitúa en la parte más alta del terreno, no tiene ningún tipo de elemento decorativo y estaba separada del resto de edificaciones, por lo que todo parece indicar que se trataba de una edificación defensiva construida para dar aviso de la presencia de invasores llegados por mar. De este modo, formaría parte de un sistema defensivo más complejo en el que se integrarían las distintas torres y fortalezas existentes a lo largo de la costa y que culminarían con la fortaleza y Torres de Oeste.
Recientemente se ha localizado un documento datado en el 884 en el que se recoge una donación al monasterio y en la que se hace mención expresa de los peregrinos a Santiago de Compostela, siendo la referencia más antigua, hasta el momento, del Camino de Santiago en la comarca.